1. Historial de alergias: Si una persona tiene una historia de alergias alimentarias, es más probable que desarrollen una alergia a la miel.
  2. Genética: La alergia a la miel puede ser hereditaria, lo que significa que las personas con antecedentes familiares de alergias alimentarias pueden tener un mayor riesgo de desarrollar una alergia a la miel.
  3. Exposición repetida: Las personas que están expuestas repetidamente a la miel, como los apicultores, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar una alergia a la miel.
  4. Contaminación cruzada: La miel puede estar contaminada con polen u otros alérgenos que pueden desencadenar una reacción alérgica en algunas personas.
  5. Sobrecarga de proteínas: Si el cuerpo está expuesto a grandes cantidades de proteínas de la miel, como cuando se consume grandes cantidades de miel, puede haber una mayor probabilidad de desarrollar una reacción alérgica.

Síntomas

La miel es un antiinflamatorio y antioxidante naturalSin embargo, es común que el polen y otros alérgenos vegetales contaminen la miel. Los síntomas de una alergia a la miel pueden parecerse a los síntomas comunes de alergia al polen, como:

  • nariz que moquea
  • estornudos
  • hinchazón
  • ojos llorosos
  • picazón en la garganta
  • erupción
  • urticaria
  • golpes en la piel

Los síntomas pueden variar según la gravedad de su alergia . Comer miel o piel que entra en contacto con la miel puede desencadenar una reacción alérgica.

En casos más severos, los síntomas pueden incluir:

  • dolores de cabeza
  • jadeo
  • náusea
  • vómitos
  • Diarrea
  • desmayo
  • latido del corazón irregular
  • anafilaxia

Si comienza a experimentar síntomas irregulares después de consumir miel, programe una visita con su médico. Al igual que con muchos alérgenos, no recibir tratamiento puede causar complicaciones graves.

Miel y bebés y niños

La miel es segura en muchos casos. Sin embargo, no se recomienda que los bebés menores de 12 meses coman miel. La miel tiene el potencial de transportar la bacteria Clostridium . Se encuentra en la suciedad y el polvo. Es inofensivo para niños mayores y adultos porque sus sistemas inmunes y digestivos han madurado.

Si los niños pequeños ingieren Clostridium , la bacteria puede multiplicarse en sus intestinos y afectar su sistema nervioso. Esta condición se conoce como botulismo infantil . Aunque es raro, puede causar complicaciones potencialmente mortales. Estos incluyen debilidad muscular y problemas respiratorios. También puede ser fatal.

Otros síntomas de esta afección incluyen:

  • estreñimiento
  • llanto débil
  • movimiento disminuido
  • dificultad para tragar
  • mala alimentación
  • expresión facial plana

El botulismo infantil puede tratarse, pero es importante que los bebés reciban tratamiento rápidamente. Los médicos recomiendan no presentarles miel a los bebés hasta que sean mayores de 12 meses. Si su bebé comienza a mostrar alguno de estos síntomas irregulares, busque atención médica inmediata.

Tratamiento

Puede tratar sus síntomas con un antihistamínico común de venta libre como Benadryl . Si sus síntomas empeoran o no mejoran después de una hora, busque atención médica inmediata.

Una reacción alérgica a la miel también puede indicar una alergia subyacente al polen u otra sustancia.

Si no está seguro de si es alérgico a la miel, el mejor tratamiento es evitarlo. Discuta sus síntomas y preocupaciones con su médico para prevenir cualquier reacción adversa.

Intolerancia a la miel

La alergia y la intolerancia a la miel son dos condiciones diferentes que pueden afectar a las personas de manera distinta.

La alergia a la miel se produce cuando el sistema inmunológico de una persona reacciona de forma exagerada a las proteínas presentes en la miel. Los síntomas de una alergia a la miel pueden variar desde leves hasta potencialmente mortales, y pueden incluir erupciones cutáneas, hinchazón, dificultad para respirar, náuseas, vómitos y en casos extremos, anafilaxia.

Por otro lado, la intolerancia a la miel se produce cuando una persona no puede digerir adecuadamente los azúcares naturales presentes en la miel, como la fructosa. Los síntomas de la intolerancia a la miel pueden incluir hinchazón, gases, diarrea y dolor abdominal.

Es importante tener en cuenta que la alergia a la miel es relativamente poco común, mientras que la intolerancia a la miel es más frecuente.

FUENTES